












El sábado de vuelta para casa paramos en Llanes, un pueblo precioso que no conocía, fue una parada rápida, para descansar un poco, tomar un café y llevarnos unos sobaos, de esos tan ricos, que te ponen hermosa y que te recomienda siempre el Sr. Revilla. Vimos el puerto, con " Los Cubos de la Memoria" de Agustín Ibarrola, que no conocía, y que me gustaron mucho.
Y después seguimos camino hacia La Coruña, con una parada en Avilés, para comer, busqué en la Guia y comimos en Casa Lis, una sidrería. Todo hay que decirlo, a mi la sidra no me entusiasma, pero la que tomé allí estaba buenísima y la comida también. No pude parar para ver alguna tienda de patch, porque lo que estábamos deseando era llegar a casa. Eso si vi por fuera el Centro Cultural Oscar Niemeyer y me acorde de Lily, me hubiera gustado poder quedar con ella pero al paso que íbamos otra vez será.